domingo, 30 de septiembre de 2012

Pablo Garat. Dibujos

Para la entrada número 100 del blog, tengo el honor de presentar a un artista "contemporáneo" que –aunque suene difícil de creer- no expone calamares podridos sino que reivindica el oficio del dibujo y la tarea en el taller. Se trata de Pablo Garat, a quien conocí a partir de la creación de este espacio. Hace rato le debo una entrada y se me antoja una buena excusa el número de tres cifras alcanzado hoy.

Transcribo lo que comenté sobre su trabajo en alguno de sus posts -con leves modificaciones-:

"Con la síntesis y un conocimiento bien marcado de la figura humana lográs en muchos casos cargar de una sensualidad -por qué no, perversa- la figura femenina, lo que no es poca cosa (…) Por lo demás, me interesa el nivel de detalle, las texturas que lográs con las tramas y por sobre todo el humor presente en cada uno de los mensajes (del blog).

Este tipo de composiciones (las que concentra figuras en los extremos superior e inferior de la hoja, interrelacionados por algún tipo de nexo, sea semántico o a través del dibujo mismo) que ya son una seña de identidad de tu imagen, se me antojan muy lindas de ver. En algún punto, la ausencia casi total de fondo –escribo “casi” porque a veces se escabulle un referente espacial o de contexto en tu obra- me parece única del dibujo (por ahí le erro, pero es una impresión); o al menos, sin que se lea como inacabado. El blanco del papel y su uso en función de una composición tiene algo atractivo a la hora de encarar –sea como compositor o espectador- una obra y –siempre según mi parecer- hace falta una construcción muy sólida para que se sostenga sin ningún artificio, línea sin más -o por qué no alguna textura o trama-".  

Debo agregar la experimentación constante de la técnica y la solución formal; desde una representación más realista, pasando por una lindante a lo abstracto, valiéndose de la tinta contenida por la línea, del estallido de la mancha, el grafismo obsesivo realizado con ayuda de una lupa o el más suelto y gestual son testimonio de una búsqueda que no cesa, de una cuestión lúdica en el hacer, de un interés genuino en el dibujo y sus posibilidades. 
Y debería agregar más sobre su Serie Intimidades, el erotismo, etc., etc, pero no quiero atiborrar de palabras donde debe haber dibujos.














martes, 18 de septiembre de 2012

Carteles de la Guerra Civil Española. Séptima Parte.

En esta nueva entrada, algunos de los carteles más celebres realizados durante la contienda y un aporte para compartir; Gonzalo, de la Biblioteca Popular los Libros de la Buena Memoria me hizo llegar los links a dos interesantísimo fanzines editados por la biblioteca, en conjunto con otros grupos: "Debates sobre el Arte y el Cartel de la Guerra Civil Española" que compila una serie de artículos y polémicas que tiene por protagonista a los propios autores (Renau, Fontseré, Gaya, García I García) y "Socialismo Real y Arte Pop antes del Pop" de Fernando Bellón Pérez, sobre vida y obra de Josep Reanu, con textos de su autoría. Recomiendo a los interesados en la gráfica política su lectura y agradezco a los editores por desempolvar y redescubrir este material.














viernes, 7 de septiembre de 2012

Sergio Sergi. II.















A continuación extractos de una entrevista realizada al genial grabador Sergio Sergi. Según Andrés Cáceres, el entrevistador:

Era reacio a las entrevistas y cuando tuve la oportunidad de grabarlo, lo hizo a condición de que no publicara, algo que respeté mientras vivía. 
Con el grabador en la mesa, habló siguiendo el hilo de su pensamiento, sin hacer caso, mayormente, de las preguntas y algunas rechazándolas de plano El tono algo zumbón, aun cuando el tema era grave, volvía más seductora su confesión. Parte de ese encuentro es lo que sigue:  
 
“Detesto las entrevistas, salir en los periódicos y que se hable de mí. Mi vida no tiene nada de interesante. Ha transcurrido en las sombras, es oscura. Si acaso dije alguna vez que admiraba a los periodistas, ha sido la primera mentira que recuerdo haber dicho, aunque en realidad algunos de ellos suelen ser admirables, sobre todo los que son mis amigos.

"Nunca presumí de mi valentía. La única valentía que tengo es la de confesar mi cobardía, que es la condición biológica del hombre normal. En 1915 estuve en el frente pero no maté a nadie y nadie quiso matarme a mí. Cuidé enfermos por la guerra durante un año y cuatro meses de hambre feroz. No llegué a comer ratas, pero sí carne de caballos muertos. Tal hambre tenían los caballos que buscaban entre la arena y la madera un poco de paja. Ningún caballo come paja. Aquellos la comían junto con arena y madera y de eso morían”.

“Para un alma archivista, la gente puede encasillarse y catalogarse. Yo tengo una clasificación quizá simplista pero efectiva desde mi punto de vista: los hombres o son sinceros o no lo son. Hay tipos metódicos que hasta el amor lo hacen por el calendario. Considero que la vida consiste en vivirla como se la siente. Cada cual seguir su camino, su vocación. Buscar su propia experiencia. Los hombres no sinceros no me interesan. Los otros, aunque puedan ser antipáticos, me interesan por lo que pueden dar. La amistad no consiste en estrecharse un par de veces las manos”.

"Me confieso impulsivo. Sigo mis instintos, que son caprichosos, y no tengo método ni disciplina alguna. Soy un disconforme conmigo mismo. Me siento fracasado y hubiera querido ser más y mejor. Ahora, en la etapa descendente de mi vida, cansado, me siento fuera de la órbita que rige y dirige la plástica. Me siento distante.

"Creo, a pesar de todo, en el arte. A mi juicio, se deben respetar todas las tendencias, pero el único ismo es el artismo: hacer con arte. La invención de los ismos, que ha invadido últimamente al arte, me hace suponer que está en decadencia, pues no son más que sarampiones de moda. Por eso a un joven de veinte años le diría que siga sus inclinaciones, que pregunte menos y observe más.


“He tenido alumnos notables y una de mis satisfacciones es la amistad que tengo con mis ex alumnos. Carlos Alonso, Enrique Sobisch y Supisiche, entre otros de igual mérito, que ahora no recuerdo, fueron alumnos míos. Supisiche, a quien le falta el brazo izquierdo, me hizo avergonzar muchas veces de mis dos brazos. Durante algunas vacaciones que pasamos juntos, me humilló con su habilidad para remar, cazar, pescar. Hasta me superó en la plástica”.

"A Sobisch no pude darle lo que le di a Alonso: disciplina. A los alumnos de la academia se los deja ahora hacer abstracto y se reciben de profesores y no saben dibujar. No estoy en contra de lo abstracto, pero primero se debe aprender a dibujar una cabeza, una naturaleza muerta. Para deformar, primero hay que saber hacer una cosa. No es lo mismo tener necesidad de deformar, que deformar algo por no saber hacerlo. El abstractismo es una moda pero hay que respetarlo como a todas las tendencias”. 

Fuente.