Me enorgullece presentar el
post 101 del blog, después de una ardua labor de scans y posterior edición digital. Pero la magnitud del protagonista ameritaba el tiempo invertido.
Acá traigo
la colección (casi) completa del “mutante argentino más oscuro”.
Animal
Urbano se publicó en 4 etapas bien diferenciadas: primero fueron 4 números a cargo
de la editorial “Furor” (1993- 94); luego vinieron 12 -comercializados por catálogos
de venta directa- responsabilidad de “Imaginador” (1997- 98); finalmente,
autoedición mediante, 10 números más (1999- 2001), con una saga inconclusa
(para las razones, ver la fecha antes indicada), completada en el tomo “Asunto
Sucio”, de “Domus” (2006).
Hablar de
Animal Urbano, es para mí, no poder ser objetivo.
Allá lejos,
cuando aún cursaba mis estudios primarios hacia finales de los 90, un amigo de
mi viejo me regaló una pila de revistas de un “superhéroe” argentino. Recuerdo
que mi actual pasión por el blanco y negro no existía entonces, siendo la
ausencia de color más una barrera que un estímulo para la lectura. Aún así, me
adentré en esos nueve números –los primeros publicados por Imaginador-.
Había una
distancia sensible con otras cosas que hubiera leído hasta ese momento: el
protagonista era un “aparecido” con una génesis acorde a la historia de su país:
un trabajador portuario secuestrado, torturado y posteriormente arrojado al río
durante los ‘70, que emerge como un “mutante” justiciero en pleno menemismo.
Desalojos, policías
corruptos, prostitución infantil, represión estatal, golpes de estado, marginalidad,
prostitutas, desaparecidos en democracia, todos temas tratados a lo largo de
los veintitantos números cortesía de la dupla Guillermo Grillo (en los guiones[1])
y Edu Molina (en los dibujos); temas que, por otra parte, no era (o es)
habitual ver en historietas vernáculas y que son la realidad cotidiana con la
que convivimos, probablemente desde siempre.
Concluida
su lectura, el resto consistió en comenzar a comprar la serie regular que los
kioskos ofrecían -muy cada tanto- en ese momento, aminorando la espera con la
trabajosa tarea de conseguir cada ejemplar que me faltaba.
Una enorme
deuda es lo que siento para con estos autores. Se trata de una historieta que
me formó como lector y -por qué no- como hacedor también. Mi puerta de entrada
a la historieta argentina. Este post va a cuenta.
Links de Descarga.
Agradecimientos al sitio A-Z Comics del que descargué la Segunda Etapa (una vez que ya la había escaneado, evitando tener que editarla) y al Zacatillo de Mentiritas Blancas, del que tomé los Scans del Animal Urbano Free.
[1] El primer guionista y co-creador
fue Tato Dabat, que escribió las dos aventuras iniciales durante la época de “Furor”
(Editorial de Sanyú). Pero fue Grillo el que desarrolló el personaje y todo su
potencial.