Se está por cumplir un año del blog y no quería que esto sucediera sin dedicarle una entrada a un autor de gran influjo en el humor gráfico y la ilustración[1]; ni más ni menos que el señor Saul Steinberg.
Quino, Oski, Kalondi, Copi, Landrú, el primer Steadman, Ungerer son sólo algunos nombres -grandes nombres - (bueno, Landrú por ahí no) del dibujo y el humor que han sabido influenciarse de este versátil rumano de inestimable proyección, que disfrutó con cada trazo, que reivindicó con su labor el aspecto más lúdico del dibujo sin por ello restarle calidad .
Es difícil hacer una selección de su trabajo; todo recorte es injusto y parcial, más aún en este caso: las siguientes ilustraciones representan sólo una gota del basto océano de su obra gráfica. Este post consta de las primeras páginas del extenso libro "The Passport" publicado por Hamish Hamilton, en el Londres de 1955.
Dejo unas breves apreciaciones de Steinberg, rescatadas por Chuki en su excelente blog "Troesmas".
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Yo empecé en el nivel más bajo, es decir el de los dibujos satíricos. Fui aprendiendo mientras hacía y sin librarme totalmente a las groserías de la caricatura o al aburrimiento del arte comercial, pero conservando una parcela de mediocridad, de vulgaridad diría yo, que vale la pena de ser conservada. Un poco como alguien que cambia de medio social sin desear por lo tanto rechazar la esposa, los amigos del principio.
Durante mis estudios de arquitectura, efectué un viaje a Ferrara y a Roma y tuve la oportunidad por la primera vez de dibujar del natural. Sin haber beneficiado de ninguna formación artística propiamente dicha, había aprendido a dibujar trazando planos a mano alzada y consideraba el dibujo libre como un trabajo de pura invención, salido directamente de la imaginación. Y fue en ese viaje educativo que comprendí cuán difícil es reproducir la naturaleza en toda su realidad substancial, de captar la verdad intrínseca; eso exige mucho esfuerzo, compromiso del cual uno se sustrae por vagancia – inventar es infinitamente más cómodo, menos cansador.
Hay que establecer una íntima relación de complicidad con el objeto a dibujar para conocerlo. No se hace nada bueno mintiendo. Inversamente, más honesto se es, mejor será el trabajo. Otra dificultad en el dibujo del natural : estamos obligados a encontrar respuestas a preguntas que no se han hecho nunca antes, mientras que en un atelier los problemas por resolver son conocidos de antemano.
Saul Steinberg
[1] Claro está, hay otros grandes que de momento han quedado sin su espacio en el blog. Ya habrá tiempo.