A continuación extractos de un par de artículos que contextualizan la obra del grabador y aclaran otro tanto, a partir de la Monografía, publicación canónica sobre el autor en el México posrevolucionario, que prestó a confusiones y falsas atribuciones.
“Alrededor
de 1890 Guadalupe Posada se vinculó con el editor Vanegas Arrollo. Este se
había especializado en la edición de un periódico sensacionalista llamado La
Gaceta Callejera. Informaba sobre los sucesos de mayor repercusión:
catástrofes, incendios, crímenes, escándalos pasionales, procesos
sensacionales, milagros, peregrinaciones, etc. (…) Vanegas Arrollo imprimió al
mundo editorial, de carácter popular, una nueva fisonomía.
Desde 1882,
Vanegas Arrollo contaba con la colaboración del dibujante y grabador Manuel
Manilla (1830- 1895) que durante diez años fue ilustrador de innumerables
“corridos” y cuentos populares. Dejó de trabajar al poco tiempo del ingreso de
Posada y falleció de tifus. Su obra se caracteriza por su ingenuidad y una
personal composición plástica. Son varios los historiadores que manifiestan que
a él se debió la creación de las “calaveras”. En muchos sentidos Posada fue un
continuador, no sólo en lo que hace a temas comunes, sino también al
tratamiento plástico, a la soltura en la composición y al tratamiento de los
valores del grabado.”
Guadalupe Posada y otros grabadores mexicanos. Alberto Collazo. CEAL, 1975.
Guadalupe Posada y otros grabadores mexicanos. Alberto Collazo. CEAL, 1975.
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“En el México emanado de la Revolución Mexicana se publicaron libros póstumos sobre los artistas Saturnino Herrán (1929), Abraham Ángel (1924) y José Guadalupe Posada (1930). De los tres, el último fue un gran acontecimiento porque presentó de manera amplia, en formato grande, bien impreso y encuadernado, un libro con la obra de un grabador popular. La edición fue impresa con las matrices originales pero fuera de su contexto original, esto es, sin la historia correspondiente a cada ilustración grabada. Los encargos que el editor Antonio Vanegas Arroyo solicitó a Posada se publicaron como piezas independientes, por lo que cada imagen adquirió una dimensión particular que motivó decenas de interpretaciones, las cuales poco y nada tenían que ver con la petición original del editor y la idea del ilustrador.
“En el México emanado de la Revolución Mexicana se publicaron libros póstumos sobre los artistas Saturnino Herrán (1929), Abraham Ángel (1924) y José Guadalupe Posada (1930). De los tres, el último fue un gran acontecimiento porque presentó de manera amplia, en formato grande, bien impreso y encuadernado, un libro con la obra de un grabador popular. La edición fue impresa con las matrices originales pero fuera de su contexto original, esto es, sin la historia correspondiente a cada ilustración grabada. Los encargos que el editor Antonio Vanegas Arroyo solicitó a Posada se publicaron como piezas independientes, por lo que cada imagen adquirió una dimensión particular que motivó decenas de interpretaciones, las cuales poco y nada tenían que ver con la petición original del editor y la idea del ilustrador.
La editora
del libro, Frances Toor de origen norteamericano, a quien sus amigos llamaban
con cariño "Paca Torres", no pensó en publicar un libro de arte, su
idea más bien se centraba en "una antología para artistas"; sin
embargo, el resultado rebasó todas las expectativas. Ella idealizó a Posada
como un opositor al gobierno de Porfirio Díaz, como un caricaturista de El Ahuizote y El Hijo del Ahuizote, aunque el grabador nunca participó en estas
publicaciones. Esta postura la llevó al extremo Diego Rivera, cuando lo retrató
así:
Mano de obrero, armada de un buril de acero, hirió el metal ayudado por el ácido corrosivo para arrojar los apóstrofes más agudos contra los explotadores. / Precursor de Flores Magón, Zapata y Santanón; guerrero de hojas volantes y heróicos periódicos de oposición (…) combatiente tenaz, burlón y feroz (…) seguramente, ninguna burguesía ha tenido tan mala suerte como la mexicana, por haber tenido como relator justiciero de sus modos, acciones y andanzas, al grabador genial e incomparable Guadalupe Posada.
Lo cierto es que el grabador no fue un radical, su postura ideológica siempre estuvo a expensas del editor en turno. De los impresores para los que trabajó Posada, más de uno se pronunció a favor de Díaz y contra la Revolución. (…)
Posada no fue el único grabador popular que trabajó para Vanegas Arroyo, Manuel Manilla y otros grabadores anónimos también le entregaron sus clichés; por lo tanto, a la hora de confeccionar la Monografía, se "colaron" los grabados de Manilla: La calavera, La calavera alcohólica, Aprendiz de todo oficial de nada, Calavera poncianista y Ponciano Díaz; así corno los anónimos Calavera zapatista, Calavera huertista y otros más [1]. (…)
Después de localizar más de la tercera parte de los grabados en impresos de época, descubrimos que sólo una cuarta parte conserva el título apegado a la idea original solicitada por el editor e interpretada por el ilustrador. Por consiguiente, todos los nombres de las obras se deben tomar con reserva. (…)
La Monografía fue publicada por la revista Mexican Folkways y los Talleres Gráficos de la Nación, y los editores fueron Frances Toor, Pablo O'Higgins y Blas Vanegas Arroyo. En ellos recayó la responsabilidad de los títulos, pero ¿por qué los cambiaron? Desde la época en que vivía Posada el editor reciclaba las imágenes y, por ejemplo, un grabado como el Fusilamiento funcionó para, por lo menos, cuatro ajusticiados (…); es decir, reutilizaba las placas según lo requiriera, situación que era común en el grabado popular desde la época novohispana. Cuando los editores de la Monografía se enfrentaron con un acervo de cientos de clichés y decenas de miles de impresos, les resultó más fácil y práctico inventar que cotejar la información. (…)
La última calavera (la Calavera Garbancera devenida a Calavera Catrina) es un caso emblemático, porque una garbancera era una mujer pobre, una empleada doméstica pretenciosa y ridícula. Sin embargo al cambiarle el nombre por Catrina, los editores también le modificaron la condición social, elevándola hasta representar a una mujer rica y elegante.”
Un libro de Artista, la leyenda y notas aclaratorias. Mercurio López Casillas; en Posada. Monografía de 406 grabados de José Guadalupe Posada con introducción de Diego Rivera. Edición facsimilar. Editorial RM, 2012, México DF.
Mano de obrero, armada de un buril de acero, hirió el metal ayudado por el ácido corrosivo para arrojar los apóstrofes más agudos contra los explotadores. / Precursor de Flores Magón, Zapata y Santanón; guerrero de hojas volantes y heróicos periódicos de oposición (…) combatiente tenaz, burlón y feroz (…) seguramente, ninguna burguesía ha tenido tan mala suerte como la mexicana, por haber tenido como relator justiciero de sus modos, acciones y andanzas, al grabador genial e incomparable Guadalupe Posada.
Lo cierto es que el grabador no fue un radical, su postura ideológica siempre estuvo a expensas del editor en turno. De los impresores para los que trabajó Posada, más de uno se pronunció a favor de Díaz y contra la Revolución. (…)
Posada no fue el único grabador popular que trabajó para Vanegas Arroyo, Manuel Manilla y otros grabadores anónimos también le entregaron sus clichés; por lo tanto, a la hora de confeccionar la Monografía, se "colaron" los grabados de Manilla: La calavera, La calavera alcohólica, Aprendiz de todo oficial de nada, Calavera poncianista y Ponciano Díaz; así corno los anónimos Calavera zapatista, Calavera huertista y otros más [1]. (…)
Después de localizar más de la tercera parte de los grabados en impresos de época, descubrimos que sólo una cuarta parte conserva el título apegado a la idea original solicitada por el editor e interpretada por el ilustrador. Por consiguiente, todos los nombres de las obras se deben tomar con reserva. (…)
La Monografía fue publicada por la revista Mexican Folkways y los Talleres Gráficos de la Nación, y los editores fueron Frances Toor, Pablo O'Higgins y Blas Vanegas Arroyo. En ellos recayó la responsabilidad de los títulos, pero ¿por qué los cambiaron? Desde la época en que vivía Posada el editor reciclaba las imágenes y, por ejemplo, un grabado como el Fusilamiento funcionó para, por lo menos, cuatro ajusticiados (…); es decir, reutilizaba las placas según lo requiriera, situación que era común en el grabado popular desde la época novohispana. Cuando los editores de la Monografía se enfrentaron con un acervo de cientos de clichés y decenas de miles de impresos, les resultó más fácil y práctico inventar que cotejar la información. (…)
La última calavera (la Calavera Garbancera devenida a Calavera Catrina) es un caso emblemático, porque una garbancera era una mujer pobre, una empleada doméstica pretenciosa y ridícula. Sin embargo al cambiarle el nombre por Catrina, los editores también le modificaron la condición social, elevándola hasta representar a una mujer rica y elegante.”
Un libro de Artista, la leyenda y notas aclaratorias. Mercurio López Casillas; en Posada. Monografía de 406 grabados de José Guadalupe Posada con introducción de Diego Rivera. Edición facsimilar. Editorial RM, 2012, México DF.
[1] De los aquí expuestos “Verdadero
y asombroso milagro” no es, según la lista que no transcribí para no aburrir,
de José Guadalupe Posada.
Todo bien, pero dice mucho....
ResponderEliminarNo da para leerlo, amigo.
Ni hablar...completamente de acuerdo. Además, en las imágenes ¡Hay más texto!
ResponderEliminarPareciera que ya no quedan ilustradores o cómicos de la talla de Guadalupe o de los que participaban en la Caras y Careta original de principios del Siglo XX, el humor gráfico hoy prefiere otras cosas, menos duras, menos sarcásticas, menos políticas, pero no ser perseguidos, quizá, para no ser mirado mal, atal vez, y, siempre, para ser políticamente correcto. Perdimos mucho en el siglo XX en ese campo y no ganamos casi nada.
ResponderEliminarSaludos
J.
Hola otra vez, te dejo una invitación por si estás en Buenos Aires para esas fechas
ResponderEliminarhttp://www.proyectoazucar.com.ar/2014/05/nuevo-libro-en-camino.html
Saludos
J.
Muy buen material!! Saludos.
ResponderEliminarJosé, lamento no poder asistir a la presentación, que se está desarrollando en este preciso momento. Tengo mis razones, así que no apelaré a ningún subterfugio. Tenés que decirme si -en lo sucesivo- va a estar disponible en "Mu", así incorporo otro libro tuyo a mi biblioteca.
ResponderEliminarAbrazo y felicitaciones,traer un libro al mundo ha de ser una experiencia bastante particular.
Bueno Sr. Trillo, lo que digo siempre: el mérito es de los autores, no mío.
ResponderEliminarSaludos y gracias por pasar (y comentar).
oshe zi
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