muy bueno el artículo NN. Ademas de la obra, que ya hemos compartido, me interesé en los textos de Collazo. Sigue inquietandome saber de que comian estos mostros. Condición que de ninguna manera puede llegar a opacar su obra, pero si volverse una guía o ejemplo para el que pretenda ser una artista revolucionario en estos tiempos.
de hecho, si puede llegar a opacar su obra. Por lo menos a mis ojos. No es lo mismo ponerse a pintar luego de haber trabajado 8 o mas horas, que hacerlo fresquito por la mañana, tomando mate. Y que carajo!!!
que alguien explique como hacían, ya me estoy hinchando las pelotas de tanto artista (revolucionario o no) con pensión familiar, como dice Arlt. jaja
Muchos de ellos era artistas además de ser trabajadores.
Riganelli trabajaba en una carpintería, Vigo era pintor de brocha gorda, Santiago Stagnaro fue calderero -secretario de la Sociedad de Caldereros, desde donde realizaba su agitación ácrata-, docente y director de un periódico; en el caso de Facio Hebequer, entiendo que trabajo en diversas redacciones y colaboró ilustrando para el Crítica, La Nación y diarios de izquierda -de los cuales ignoro si percibiría alguna moneda-. De todos modos, de los Artistas del Pueblo, fue el que menos miseria pasó en su infancia, situación que él retrata al considerarse -muy a su pesar- un intelectual entre trabajadores.
No sé por qué, pero pienso que estos artistas sí lograron -en algún momento- poder vivir de su arte, fenómeno que puedo atribuir, arbitrariamente y sin fundamentos, al mercado editorial de esos años y a su aceptación gradual por las instituciones.
Sobre la dicotomía pensión familiar-trabajo y creación artística, hay un bello poema de Bukowski "Aire, Luz, Tiempo y Espacio ", que sintetiza el asunto.
Bueno, en verdad era uruguayo, si es que eso cambia algo.
ResponderEliminarmuy bueno el artículo NN. Ademas de la obra, que ya hemos compartido, me interesé en los textos de Collazo. Sigue inquietandome saber de que comian estos mostros. Condición que de ninguna manera puede llegar a opacar su obra, pero si volverse una guía o ejemplo para el que pretenda ser una artista revolucionario en estos tiempos.
ResponderEliminarsalute,
de hecho, si puede llegar a opacar su obra. Por lo menos a mis ojos. No es lo mismo ponerse a pintar luego de haber trabajado 8 o mas horas, que hacerlo fresquito por la mañana, tomando mate. Y que carajo!!!
ResponderEliminarque alguien explique como hacían, ya me estoy hinchando las pelotas de tanto artista (revolucionario o no) con pensión familiar, como dice Arlt. jaja
Muchos de ellos era artistas además de ser trabajadores.
ResponderEliminarRiganelli trabajaba en una carpintería, Vigo era pintor de brocha gorda, Santiago Stagnaro fue calderero -secretario de la Sociedad de Caldereros, desde donde realizaba su agitación ácrata-, docente y director de un periódico; en el caso de Facio Hebequer, entiendo que trabajo en diversas redacciones y colaboró ilustrando para el Crítica, La Nación y diarios de izquierda -de los cuales ignoro si percibiría alguna moneda-. De todos modos, de los Artistas del Pueblo, fue el que menos miseria pasó en su infancia, situación que él retrata al considerarse -muy a su pesar- un intelectual entre trabajadores.
No sé por qué, pero pienso que estos artistas sí lograron -en algún momento- poder vivir de su arte, fenómeno que puedo atribuir, arbitrariamente y sin fundamentos, al mercado editorial de esos años y a su aceptación gradual por las instituciones.
Sobre la dicotomía pensión familiar-trabajo y creación artística, hay un bello poema de Bukowski "Aire, Luz, Tiempo y Espacio ", que sintetiza el asunto.
Saludos Chechito.