No conocía la obra de Sameer Makarius hasta que este pequeño ejemplar me sorprendió desde la vidriera de una librería de usados. Es uno de esos gratos hallazgos que cada tanto tiene lugar sólo en las estanterías que acumulan viejos y ajados volúmenes.
Al parecer el señor Makarius, nacido en El Cairo y radicado aquí desde 1953, dedicó gran parte de su producción a la fotografía, lo que no le impidió fundar junto a otros artistas, un grupo de Arte Concreto en Hungría. De no haberlo leído, no hubiera podido imaginarlo. Estas imágenes distan bastante del tedio en que me sume el arte concreto. Es más, su dibujo me resulta motivador; parte de un planteo casi abstracto, con reminiscencia a la figuración para confrontarnos con un dibujo crudo, suelto, una línea tan tosca como expresiva en la que parece vislumbrarse cierta influencia del Art-Brut de Dubuffet (una línea que me recuerda, en el ámbito de la historieta, al primer Ángel Mosquito de “Morón Suburbio”).
que lindo libro!
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