A continuación, algunas apreciaciones del historiador anarquista Cristian Vivas Paiva [1], respecto de la figura de Simón Radowitzky y las versiones construidas en torno a su figura. Es de particular interés por cuestionar algunas presuntas verdades de la biografía oficial tan difundida (si se desea, compárese con la más difundida -la escrita por Osvaldo Bayer- y sáquese posibles conclusiones)
“Hay sobre Simón Radowitzky (Czymon Radowickii) toda una serie de informaciones, pegadas con engrudo, emparentadas por no sé qué genética, que tal vez no sea producto de quienes la agitan como verdades, sino de circunstancias de momento, allá por 1910.
Quién está y estuvo emparentado desde la ascendencia y la pertenencia a la inmigración judía, sabe muy bien que sobre el particular, las informaciones de registro son especialmente cuestionables ¿Por qué?
Porque los ghettos judíos, al contario del resto de la sociedad ruso-ucraniana de 1880, carecía de derecho al registro público, y menos si su procedencia era el artesanado o el campesinado.
No existían registros de civilidad, ya que carecían de esa condición, y el asiento de natalicios, correspondía a las sinagogas centrales.
El documento remitido vía consulado [2], no era una partida de nacimiento, sino una certificación policial del asiento natal en el libraco de cierta sinagoga (de Ekamerinoslav o Stepanice daba lo mismo)
La acción de otro rabino, Schloim Eijembaum, un anciano radicado en Kirovorhád, versado en la ciencia del Talmud y amigo de su tío, posibilitó dicha certificación mediante una estratagema, impidiendo a su vez, el secuestro de dicho libro por “motivos de vetustez”.
La estrategia consistió, a sabiendas del marcado antisemitismo reinante en las filas tanto del ejército como de la policía ucrano-zarista, en agotar con idas y vueltas a la comisión policial que se apersonaba a “comprobar visualmente” el asiento.
Aprovechando el viejo volumen, escrito en hebreo, y viendo que su trampa daba resultado, dejó pasar al archivo a un soldado (en vez de a un oficial de mando) señalándole un párrafo ininteligible como el asiento natal buscado y éste se lo confirmó al oficial. Pero el mando quería el secuestro de libraco, y habiendo ocultado el oficial que no había sido él mismo quién vio el asiento –lo que le valdría serias represalias- hizo propio el argumento del rabino de que el libro en cuestión era muy vetusto y corría riesgo su integridad. La urgencia del consulado argentino en París, hizo el resto.
El lugar de nacimiento de Simón, más su fecha, son dudosas en verdad. Máxime cuando el asiento de personas era centralizado a las principales ciudades. Estamos tratando de Ucrania zarista donde el grueso de la población subsistía comiendo raíces…Muchos, para no decir la mayoría, debía viajar días para ser registrados en sendos mamotretos eclesiásticos, lo que los hacía desistir hasta el próximo censo local. En dichos censos se los inscribía según múltiples categorías: los judíos, los campesino, los gitanos, los hijos de obreros especializados, los instruidos, lo que no…
Pero más allá de esto son otros los datos que deforman al personaje.
Pensemos un poco…según los datos que tomaremos por ciertos, Simón tenía 17 años en 1909; 18 en 1910 en pleno proceso judicial por doble homicidio.
Según su biografía, que también tomaremos por cierta, en 1905, y si las matemáticas siguen siendo las mismas en Ucrania como en Argentina, tenía 13 años…
¿Y alguien, pregunto, en su sano juicio quiere dejarse convencer, de que Simón fue, según esa misma biografía, segundo secretario de un soviet durante los suceso revolucionarios de ése año (1905)…con 13 años y apenas sabiendo leer y escribir?
Aquello de que una hija de un maestro le enseñara las ideas anarquistas (¡a los 8 años?) es una fantasía, que cumple el objetivo de idealización del personaje y su entorno, magnificándolo para que él y sólo él, encaje en quién fue y en lo que hizo, separándolo del común de las personas.
En Rusia (el territorio bajo su influencia) anterior y a principios de 1900, por los datos aportados por Volin [3] y sus compañeros, sabemos que el anarquismo estaba reducido a pequeños círculos intelectuales con escasa influencia fuera de su propio medio.
Estudiantes de ingeniería o medicina, artistas, etc. Seguramente algún maestro también, pero los maestros rusos, no judíos, no hablaban idish. Y Simón era lo único que hablaba desde su nacimiento, como también el dialecto ucraniano (…) La educación en las comunidades judías ortodoxas rusas era del tipo clerical, es decir, en manos de rabinos.
Y no estamos hablando de Moscú o San Petersburgo, donde la escuela pública estaba al alcance de las clases medias. Sino de una provincia-estado con larga historia separatista, rechazo cultural y étnico, derivados de la conquista polaca; formación religiosa feudal y uno de los más altos índices de analfabetismo de su época.
Llega a la Argentina y sin leer una jota de castellano, lee La Protesta (…) salvo que fuera el suplemento en idish, publicado a partir de la segunda inmigración judía al país.
Lo cierto es que Radowitzky gana el apoyo obrero y popular, tanto por el atentado, como por el hecho de no tener conocimiento alguno de las ideas anarquistas y eso lo hace querible y reivindicable, y sintetizador del sentir generalizado de la clase obrera.
Los contactos con círculos obreros de Bs. As., fueron por demasía esporádicos y circunstanciales.
En cuánto a la supuesta participación de revolucionarios rusos en Argentina y la asociación de Simón con ellos, nada está probado. (…) sencillamente y por coincidencia, la presencia del supuesto “grupo” de Karaschin al que se le adjudican acciones en el país y en el extranjero (socialistas revolucionario y ruso y no anarquista y ucraniano) coincidió en ese sentido con el atentado de Radowitzky, y el hecho de su “idéntica nacionalidad” vino a completar el razonamiento.
Paralelamente, la situación de Radowitzky, era muy delicada: aislado, muy joven, con dificultades idiomáticas y solo…Esto fue entendido por los compañeros del movimiento, razón de más que les llevó a abrazar su causa y su defensa (…) Eso forzó la vinculación de Simón al movimiento, asociándolo a él en apariencia.
Insistimos en que, la filiación ideológica de Simón, al momento de su atentado, no era la nuestra (anarquista).
Por lo tanto, había que demostrar la pertenencia.
Iniciando lo que años después, “Semana Trágica” del ’19, será “la caza del ruso”, el Progrom argentino. “Tengo una bomba para cada uno de ustedes”, “Viva la anarquía” (frases atribuidas a Radowitzky en el momento de su captura)… ¿Cinematográfico verdad?...
Versión oficial de la policía; de los policías que lo apresaron, interrogaron a cachiporrazos y torturaron, para la prensa burguesa…
Pero como toda historia de héroes, ésta tampoco termina bien…para humanizar al personaje y darle descanso eterno entre los muertos del todo, aparece una muerte sustraída al mismísimo Doctor Zivago: un paro cardíaco mientras cruza la calle.
Según otra, dada en México, lo hace morir acompañado solamente de una enfermera en un hospital, preguntando por los compañeros, víctima de una afección cardíaca que arrastraba y que era cierta…
La verdad: Simón Radowitzky muere en raras circunstancias, una madrugada, atropellado por un automóvil que arranca a su paso y que lo espera en el trayecto a su trabajo…y la duda que invade a muchos compañeros: otra muerte oscura, como la de Buenaventura Durruti.
Sobre el hecho se cierra el grillete de silencio en el pequeño grupo de amigos, como se cerrara también, antaño, sobre otras circunstancias de su vida.
Sólo se conoce un deseo de Simón en vida (en ocasión de agravarse su enfermedad), el de ser enterrado en cementerio común, con datos por él mismo aportados y el nombre con el que ingresa (después de la guerra civil) desde España a México: Raúl Gómez, 1889- (1956) (a sacar cuentas).
Es encontrado y socorrido por transeúntes (aquellos que presenciaron el accidente jamás fueron convocados a comparecer…) y reconocido en la morgue por compañeros.
El certificado de defunción expedido por la autoridad reza: “Muerte por paro cardio-respiratorio en la vía pública”…
Otra versión policíaca.”
Extracto de “Versiones Policiales”. Artículo de Cristian Vivas Paiva, aparecido en el periódico “La Protesta”, N°8246 Septiembre/ Octubre de 2009.
[1] En rigor no sé si es historiador, aunque sus artículos traten siempre de temas históricos. No sé que opinará de tal encasillamiento. Si lo cree ofensivo, pido disculpas y me ofrezco a cambiarlo.
[2] En el juicio llevado en su contra, se pidió la pena de muerte; pero la aparición de un facsímil aportado por un primo, de una presunta partida de nacimiento –en donde constaba que era menor de edad- terminó por conmutar la pena: se lo condenó a reclusión perpetua, y se le añadió, como castigo adicional, la reclusión solitaria a pan y agua durante veinte días cada año, en el aniversario del atentado, más otros vejámenes que corrieron por cuenta del personal y directivos penitenciarios.
[3] Se refiere al libro “La Revolución Desconocida”, sobre la participación anarquista en la Revolución Rusa, sus conquistas y la ulterior represión bolchevique. Volin comienza sus análisis desde mediados de 1800, con los decembristas, hasta la represión de Kronstadt, por parte del Ejército Rojo en 1921.
Vamos con una aclaración que a nadie importa pero que, en mi plena candidez, creo necesario exponer.
ResponderEliminarLa última biografía escrita sobre Simón Radowitzky –probablemente la más extensa teniendo en cuenta que la de Bayer son unas pocas hojas del número 4 de “Todo es Historia” y esta creo que tiene como 300 páginas- corresponde a Alejandro Marti. Si bien no he tenido la posibilidad de leerla –cuando pregunté por el libro me dijeron que estaba agotado- leí una entrevista e este periodista en la Revista Sudestada.
Marti sostiene que la fecha de nacimiento de Radowitzky es incomprobable. Señala, también, que no era una persona conocida en los círculos ácratas y que si bien frecuentaba una biblioteca, no tenía vínculos directos. Agrega que en su país natal fue preso por repartir volantes socialistas pero no hay prueba alguna de que haya sido delegado de una soviet.
Un dato interesante que aporta Marti relativo al ajusticiamiento de Falcón, es la posible relación de Radowitzky con dos anarquistas gallegos: Andrés Vázquez Paredes –uno de los “Anarquistas Expropiadores”- y Eduardo María Vázquez Aguirre. Ellos fueron los encargados de preparar la bomba y un sorteo determinó que fuera Simón el responsable de arrojarla, mientras los gallegos se encargaban de las tareas de apoyo. Hay un testigo que afirmó la presencia de un cómplice, que también consta en el informe de Eloy Ubade, encargado de la jurisdicción en la que se produjo el atentado.
Sobre su muerte no da certezas pero sí considera la versión del grupo editor de “La Protesta” basada en fuentes verídicas y que no trascendió para evitar hacer público el distanciamiento de Radowitzky con sus amigos.
Nada más, de momento.
Mira ese Marti es un bolche, que puede hablara de anarquismo un marxista si somos tan distintos, nosotros en principio estamos en contra del "ejercicio de autoridad", osea toda "relación de poder", que es anterior al capital, asi que nuestros valores son distintos. Tambien la revista sudestada es bolche, una vez mas dejo en claro y resaltado que el anrquismo no es un dogma es un moviente que se compone de individuos y colectivos , que llevan a la practica el ideal anarquico, que tiene coherencia con el fin: la "libertad", sin dirigir, ni ser dirigidos. Toca acto es con la la mas absoluta libre voluntad y con e deseo ferviente de ser ingobernables. La idea anarquista esta en continuo movimiento y no es atribuible a ningun autor en especifico, cada uno es cribio en un determinado contexto historico,donde algunos por ejemplo como malatesta sostenía la necesidad de tomar las fabricas, hoy en dia podemos ver que todas la fabricas han destruido y siguen destruyendo nuestro entorno natural, hoy podemos ver que la civilización en si es un gran problema, no solo ya la domesticacion o dominacion de humanos a humanos , sino tambien de humanos a animales.
EliminarAsi que somos muy distintos, los unicos parecidos a los marxistas son los plataformistas.
Asi que marxistas dejense de hablar de nosotras.
Hacia le revolución Social!!! Contra toda autoridad!!!
Mira ese Marti es un bolche, que puede hablara de anarquismo un marxista si somos tan distintos, nosotros en principio estamos en contra del "ejercicio de autoridad", osea toda "relación de poder", que es anterior al capital, asi que nuestros valores son distintos. Tambien la revista sudestada es bolche, una vez mas dejo en claro y resaltado que el anrquismo no es un dogma es un moviente que se compone de individuos o colectivos , que llevan a la practica el ideal anarquico, que tiene coherencia con el fin: la "libertad", sin dirigir, ni ser dirigidos. Toca acto es con la la mas absoluta libre voluntad y con e deseo ferviente de ser ingobernables. La idea anarquista esta en continuo movimiento y no es atribuible a ningun autor en especifico, cada uno es cribio en un determinado contexto historico,donde algunos por ejemplo como malatesta sostenía la necesidad de tomar las fabricas, hoy en dia podemos ver que todas la fabricas han destruido y siguen destruyendo nuestro entorno natural, hoy podemos ver que la civilización en si es un gran problema, no solo ya la domesticacion o dominacion de humanos a humanos , sino tambien de humanos a animales.
ResponderEliminarAsi que somos muy distintos, los unicos parecidos a los marxistas son los plataformistas.
Asi que marxistas dejense de hablar de nosotras.
Hacia le revolución Social!!! Contra toda autoridad!!!
El posteo de Radowitzky que antecede nuestros comentarios, es un artículo aparecido en una publicación anarquista. La inclusión del texto de Marti –que hizo lo propio en la Sudestada- viene a aportar datos que no estaban en el texto principal de la entrada, y se suma como fuente que cuestiona el relato oficial de Radowitzky (aprovecho para comentar que en el último número de La Protesta –diciembre de 2011- está la foto de Radowitzky con Vázquez Paredes mencionada por este “bolche”) escrito por un supuesto anarquista.
ResponderEliminarIgual, entiendo lo que decís.
Ahora…¿Te parece que no hay diferencias entre el tratamiento que da la Revista Sudestada a sus notas respectivas al anarquismo y los que hacen los diferentes medios de izquierda?
En principio tengo que decirte que, a mi personalmente, me irrita cuando al hablar de los episodios más destacados de la historia del movimiento obrero se ignora de manera obscena la participación anarquista, cuando no se cae en el ninguneo más absoluto, como si algunas insurrecciones, revueltas o revoluciones no hubieran tenido lugar o sólo hubieran tomado parte algunas facciones. ¿Cuántos conocen las “conquistas” de la Revolución Cubana y lo ignoran todo sobre la España del 36? ¿Cuántos historiadores mencionan a Flores Magón al abordar la Revolución Mexicana? ¿Los adoradores del socialismo estatista escucharon nombrar a Makhno? ¿Cuántos habla de las revueltas griegas actuales y la participación ácrata? Los ejemplos pueden formar una extensa lista que seguro conocés.
Claro, cuando los marxistas lo abordan –cuando se hace cargo que dichos sucesos realmente ocurrieron- uno sabe más o menos hacia dónde van a apuntar, y por eso entiendo lo que planteás. Si es “La Verdad Obrera” usarán el artículo como un compendio de citas a Trotsky, dejando el hecho histórico en un segundo plano; ni hablar si se trata del periódico “El Aromo”: la gente de Razón y Revolución se encargará de denostar abiertamente al anarquismo con argumento que evidencia su total desconocimiento (pero claro, ambos son periódicos partidarios que apuntan a un público específico); si se trata de los viejos fascículos del CEAL, aportarán datos relevantes pero llegarán a un juicio negativo sobre su carácter espontáneo, su falta de una dirección centralizada, su aventurerismos, etc, etc (argumento propios del ala autoritaria del socialismo). Cabe destacar que ellos, no siendo anarquistas, publicaron material de Barret o Gilimón.
Sin embargo, a mi modo de ver, la Sudestada, que es claramente marxista, tiene otra óptica bien diferente. Reincide en su interés por el anarquismo (y no sólo en las notas de tapa) pero en sus párrafos, no leo líneas con chicanas baratas o desprecio. Puede que la diferencia radique en que ellos observan con simpatía a lo que consideran los despojos de lo que supo ser un gran movimiento y no un adversario fuerte que pugna por lograr la hegemonía en la organización de los oprimidos. En ese caso, las cosas podrían ser distintas. O no. Puestos a elegir, ya eligieron (Sartre, no Camus): uno no puede pasar por alto que más allá de su mirada crítica hacia adentro del marxismo, optan por el partido, el líder, la dirección aunque hablen de libertad, y ese es el modo en que se termina justificando la represión estatal supuestamente revolucionaria (estado y revolución son antitéticos) que desemboca necesariamente en la negación de la libertad. Eso no quiere decir que no den espacio, se interesen, difundan y que al menos tengan la delicadeza de haber invitado a tomar parte de sus notas a personalidades de este ideal, como Amanecer Fiorito, Carlos Penelas, Osvaldo Bayer o Frank Mintz. Sea dicho que a algunos de ellos podemos discutirlos (porque adentro del mismo movimiento hay impugnaciones sus historiadores: a Bayer se le señala –con toda razón- su participación en actos oficiales, la aceptación de reconocimientos dados por el estado (justamente), la legitimación que hace él del mismo con sus declaraciones; a Mintz, su plataformismo y sus análisis impropios de un anarquista; hay sectores que repartieron en su momento hasta al mismo Fiorito) pero que todos se reconocen o reconocieron como tales.
ResponderEliminarClaro, es la impresión que me da a mí al leer sus artículos: algo similar al respeto frente a un muerto. Y corresponde al que es tomado por muerto levantarse y hacer notar que su pulso se acelera al arrojar una piedra. Pero igual, quiero hacer esa salvedad (y esto sin hablar del cariz más cultural de la revista) para no caer en reduccionismo o negar la complejidad del asunto, fruto de mis interpretaciones, que pueden ser erróneas o cándidas. Después de todo, a ellos no los conozco personalmente y tampoco soy un teórico, ni un erudito, así que no la tengo clara, pero las apreciaciones que pueden hacerse sobre los militantes de los partidos de izquierda son muchas y muy variadas (no de sus representantes, que no merecen una palabra) aunque prime siempre la imposición de su partido ante cualquier acción y la insistencia de coptación a quien tengan a tiro.
Lo cierto es que más allá de todo esto, hay autores como Edgardo J. Bilski o Juan Suriano, cuyo lineamiento ideológico desconozco -pero que creo no se ubica bajo la bandera roja y negra- que han realizado verdaderos aportes, investigaciones en torno al anarquismo y que son consultadas por publicaciones o estudiosos ácratas. La misma Revista Sudestada aparece como fuente de referencia al menos una vez dentro de la publicación Libertad! (N°53)
Entonces, admito que desconocía la filiación política de Marti, pero no me parece un impedimento para citarlo, por lo anteriormente expuesto. Por supuesto, de haberlo sabido, hubiera hecho el señalamiento porque uno toma ciertos recaudos al conocer ciertos datos del emisor.
La cuestión, más allá de este caso puntual, es que cualquier interesado por el estudio del movimiento obrero deberá hablar del anarquismo, y eso es inevitable, por su importancia a nivel mundial.
En tal caso estará en las plumas de los anarquistas el refutar las mentiras, las calumnias o las impresiones de tal o cual artículo, de tal o cual efeméride (como lo hiciera La Protesta con El Aromo o los programas televisivos de Pigna, o el Grupo Libertad! con tantos otros ejemplos).
Creo que, expuesto todo esto, llegamos al terreno de disenso. Aún así celebro que hayas pasado y te hayas tomado la molestia de comentar. Toda crítica, positiva o no, es bienvenida por enriquecedora, todo comentario publicado.
¡Gracias!